Capítulo 15. Superar barreras juntos es alcanzar la libertad ilimitada.
Al leer este libro, sin duda ya habrás reconocido cosas sobre ti mismo. ¿Qué necesitas cambiar?
Los aspectos fetales que no pudieron desarrollarse por completo en el útero pueden abordarse ahora al profundizar en ellos – especialmente en los que somos más vulnerables y menos maduros – reconociéndolos con el otro. Primero debes hacerlos visibles a la otra persona para que puedan desarrollarse. Luego puedes reconstruir una conexión emocional con la pausa que se creó en aquella semana o mes particular del embarazo. Tal hiato puede incluso estar relacionado con todo el período en el útero.
Si el período de 6 a 9 meses en el útero fue malo, ya sea porque naciste prematuramente o pasaste hambre, entonces es más probable que en tu vida posnatal experimentes un uso óptimo del cerebro analítico, es decir, el que utilizamos para pensar rápido. Esta es la parte del cerebro que utilizar para analizar una situación, experimentarla y poder camuflar la pausa de esta manera.
Una persona que haya tenido una experiencia parecida en el período de 0 a 3 meses puede rápidamente hacerse una idea de la situación. En determinadas circunstancias, hará un menor uso de su cerebro analítico y mostrará una reacción empática más espontánea.
Aquellos con un cerebro más analítico necesitarán poder vocalizar para los que tienen capacidad de empatía y viceversa. Pregúntense unos a otros ‘¿Por qué?’ para que el otro pueda estructurar la información. ¡Atrévete a salir de tu zona de confort! De esta manera nos ayudamos mutuamente a tomar conciencia del período en el que se produjo el hiato.
Cuando hay una pausa en el desarrollo y nos damos cuenta de ello, percibimos también el dolor de ese período; lo cual es intimidante, da miedo. Es difícil enfrentarse a ello uno mismo, en el aquí y el ahora. Es por ello que necesitamos ir más allá de nuestros límites juntos para alcanzar una libertad total.
Ese tipo de hiato tiene que ver con una especie de hambre. Hubo una falta de alimentación. Ya fuera porque faltó la seguridad, el calor o la comida real, o que esa «comida” no se ingiriese debido a la sobreestimulación, tal hiato es hambre. Dadas las circunstancias, hemos aprendido a vivir con esta hambre y mantener tal hiato desnutrido es, muchas veces, una norma de cumplir. Tampoco es posible nutrir el hiato cuando no ha sido revelado. Era vulnerable y, debido a la conmoción en ese momento, todavía pensamos igual. Solo podemos nutrirnos unos a otros en estas áreas compartiendo la parte de nosotros que está bien desarrollada con otra persona que está menos desarrollada en ese mismo aspecto y viceversa. Esto debe hacerse con respeto mutuo y la aceptación de que no todos somos iguales. Esta es una posibilidad que conduce a la conciencia: investigar juntos el aspecto fetal que aún no estaba desarrollado y no pudo ser el fundamento sobre el cual construir.
La meditación es otra forma de poder acceder a una conciencia fetal específica. Si te abres al mundo exterior, de modo que no solo te concentras en tu mundo interior, experimentarás el entorno de la misma manera que sientes un paisaje mientras caminas a través de él. Esa forma de sentir el entorno, sin saber exactamente lo que es, es de hecho en sí mismo alimento para los aspectos fetales. Tomas pasivamente información del entorno y eso es un ejercicio de observación de un aspecto fetal que estaba inactivo.
Percibir de forma objetiva te permite nutrir tu crecimiento (ver mi libro anterior Amor, Agresión, Depresión).
Qi gong, que se ha vuelto muy popular hoy en día, también promueve una percepción invisible del subconsciente. Esa conciencia no aparece por medio de tus sentidos normales, sino a través de un intercambio energético, perceptible cuando te involucras en el proceso. Lo mismo ocurre cuando se practica Tai Chi. Ciertas formas de yoga, de relajación, te permiten «espaciarte» y sentir la experiencia. Al hacerlo, encuentras la paz dentro de ti y de tu entorno. A través de todas estas posibilidades puedes observar y tratar de restaurar adecuadamente aspectos que fueron descuidados en el desarrollo.
De mi esposa, Martine, aprendí que bucear (bajo el mar) es otra forma de volver a experimentar el mundo fetal, de encontrarlo y restaurarlo. El mundo submarino, ya sea el buceo o el esnórquel, pueden proporcionarte una conciencia fetal. Al observar cuidadosamente y de forma continua y repetitiva el mundo atemporal que existe bajo el agua, puedes tomar conciencia de la pausa ocurrida en el período en el que estabas en el útero.
En mi práctica, trabajo con ejercicios de psicomotricidad, utilizando posiciones corporales especificas para recrear los distintos períodos en el útero y descubrir la energía de cada uno de ellos para restaurar una parte del desarrollo. He entrenado a muchas personas para trabajar con este método.
Puedes utilizar los ejercicios para realizar un diagnóstico, pero también como una forma de terapia para desarrollar aún más la pausa que se reveló. Dado que el tiempo que estuviste en el útero no fue seguro ni natural, este método te permite comenzar la restauración, pero en circunstancias seguras. Y lo haces bajo la guía de un terapeuta, para que puedas volver a tener una base sólida en tu vida.
Por otro lado, en mis talleres y cursos también trato la curación específica de los hiatos que se originaron en la fase fetal y, por lo tanto, la restauración de la base.
En última instancia, tendremos que ir más allá de nuestros límites para restaurar las piezas que se han descuidado continuamente, mientras que son exactamente estas piezas las que se necesitan para formar la base para el posterior desarrollo de toda posibilidad humana. Ir más allá de nuestros límites juntos es mucho más productivo que hacerlo solos. Aún así, hay cosas que debemos hacer solos. Durante el embarazo y el parto, por ejemplo, tanto la madre como el feto se centran en sus procesos individuales. Se mantiene cierta distancia durante el desarrollo, y eso no es malo. Pueden pasar por esto juntos, pero el proceso es de cada uno de ellos.
Para traspasar los límites juntos, necesitarás cierta curiosidad. La curiosidad es una característica saludable para superar los miedos. El miedo te hace ser reservado y se convierte en un obstáculo para el progreso. Detiene el crecimiento. La curiosidad es a menudo el impulso que permite descubrir nuevos horizontes.
La intención de este libro radica en nuestro pasado, en nuestra conciencia fetal, descubriendo el nuevo horizonte. ¡Y hay mucho más por descubrir! ¿No sientes curiosidad por descubrir la belleza de tu verdadera naturaleza y las muchas posibilidades que se te abren al volver a ser un ser completo? Vuestros hijos, vuestros seres amados, están esperando ya desde hace años que este potencial se haga visible.
Si continúas ocultando tu totalidad, tu verdadera naturaleza, y camuflándola con el miedo, eres un ladrón. Te estás robando a ti y a tus seres queridos. De hecho, estás ocultando los aspectos más hermosos de ti mismo, no permitiendo que se vean.
Sólo un ladrón tiene algo que ocultar.