Primera parte
Una perspectiva diferente sobre la enfermedad
Capítulo Uno
Sentimiento
Aquí estoy. A más de tres mil kilómetros de mi casa. Hace dos días, a las 5:30 de la mañana, me embarqué en un avión hacia el soleado sur de Francia. Permaneceré fuera de mi consulta en Holanda durante veinte días. Veinte días para escribir los pensamientos y teorías que he desarrollado a lo largo de los últimos diez años sobre la enfermedad y la salud. Todo este tiempo, he aplicado en mí mismo estas ideas y las he utilizado para tratar a mis pacientes. A veces, han sido útiles para que el paciente más desesperado reanudara su vida, o han dado a la persona sana la oportunidad de conseguir un mayor rendimiento. También a mí me han permitido seguir adelante, todos estos años, a pesar de mi ritmo diario agotador.
Es un ritmo impuesto desde el exterior ya que cada día son más las personas que acuden a mí en búsqueda de ayuda. Simplemente creo que cada uno de nosotros tiene una tarea designada en la vida y ésta es la mía. Sin embargo, yo también tengo el derecho -no la obligación- de mantener mi equilibrio personal para poder rendir de forma óptima. Y hasta ahora he sido capaz de hacerlo siguiendo los mismos procesos de pensamiento y teorías que han ayudado a muchos de mis pacientes a recuperar su libertad. Y eso es porque yo funciono de la misma manera que mis pacientes, a pesar de que todos somos diferentes y únicos.
El avión estaba lleno. Lleno de gente que tenía sus propias expectativas del viaje: turistas, gente de negocios, pensionistas que iban a pasar el invierno al sol, informáticos que iban a un congreso, trabajadores extranjeros que regresaban a su patria.