En virtud de este proceso natural una persona, cuando se enfrente a cambios críticos en su vida (enfermedad o guerra) siempre acudirá primero a sus emociones. Pero también lo hará cuando se enfrente a cambios no tan amenazantes. Por ejemplo, cuando compramos una casa, lo primero que se despierta es nuestra emoción: la queremos (la etapa del alma). Luego consideramos las implicaciones financieras (el conocimiento, la etapa de la mente). Después de haber comprado la casa, la decoramos o la renovamos (la etapa del espíritu). Sólo entonces la casa se convierte en nuestra casa. Otros ejemplos de cambios en la vida son el matrimonio, el divorcio, el nacimiento de un hijo, un cambio de trabajo, la jubilación, etc.

Está claro entonces lo importante que es tener un buen desarrollo emocional y tener confianza en nuestras emociones, para así poder tomar las decisiones correctas en la vida. Esto es válido también en caso de enfermedad.

La intención de este libro es hacer que el lector se mueva de nuevo guiado por sus emociones, o en el caso de que su desarrollo emocional se haya visto limitado por alguna circunstancia, recuperar esa etapa y reforzarla suficientemente para que pueda ser usada como prevención ante la enfermedad o incluso como curación. También puede servir como prevención o cura de estados anímicos como la infelicidad y el miedo.

Poseer el conocimiento reflejado en este libro es menos importante que sentir lo que dice, a menos que sirva como ayuda en la curación de otros.