esta evolución. Una persona joven puede tener un bloqueo y llegar a vivir ochenta años sin presentar nunca ningún síntoma real. Otra, sentirá molestias desde el primer momento. Por lo tanto, hay algo que va más allá de una simple anomalía mecánica en el aparato motor.
Abordar el desarrollo del sistema psicomotriz desde distintas disciplinas, como la actividad mental en combinación con la acción de los músculos, me ayudó también a reconocer cuando alguien se encontraba mal, en un estadio muy inicial. Sin embargo, todavía no podía responder a la pregunta de por qué algunas personas registraban molestias y sufrían dolor y otras no.
Tenía que existir algo especial en el ser humano, algo que en un determinado momento provocaba que las dolencias afloraran a la superficie junto con las anomalías que se registran médicamente.
Además de examinar a los pacientes, pude también observar el funcionamiento social y la interacción personal de muchas otras personas. Llevé a cabo un estudio sobre los cantantes, actores y bailarines profesionales, que actúan cada noche pero en cada función se expresan de forma diferente. ¿Por qué? Conocen el texto de memoria, dominan la técnica vocal y saben la coreografía. Y a pesar de ello, cada noche, ese individuo único, manifiesta su arte de forma diferente. A veces de ínfima calidad, otras alcanzando los niveles más altos de creatividad.
Quince años atrás descubrí que existe una base común para una multitud de diferentes comportamientos. Pude formular qué fuerzas dirigen el ser individual único, a pesar de que hay una libertad individual y una constitución física y natural propia de cada individuo. Entonces, fui capaz de tratar a la gente enferma y a la gente sana de manera distinta. Podía ver la causa de los problemas antes de que lo demostraran los datos médicos, incluso antes de que el paciente verbalizara su queja.
La primera vez que hablé con mis colegas de mi descubrimiento, una base común para la psique de cada individuo único, reaccionaron escépticamente. ¿Era posible? ¿Individuos únicos, con mentes distintas, pero todos con un fundamento común? Pero tan pronto empecé a desvelar parte del misterio, todos querían saber más y después empezaron a querer utilizar ellos mismos este método. Un médico trata todo el tiempo con individuos únicos, pero considera que hay factores comunes: la columna vertebral, la estructura física y los datos anatómicos. Conoce la posición correcta de las vértebras y su funcionamiento que se consideran invariables anatómicas, independientemente de las diferencias individuales. Espero ser capaz de explicar en este libro que el fundamento de la mente funciona como una base de datos en medicina, aunque todo el mundo es único y tiene su propia personalidad única.
Estoy aquí, en este lugar soleado, a tres mil kilómetros de casa, para tratar de explicar esta teoría. Vine de forma voluntaria, pero sinceramente creo que no habría llegado hasta aquí si no hubiera sido por el continuo empuje que recibo de mis colegas, políticos, ejecutivos y amigos -familiarizados ya con esta teoría- para que la desarrolle sobre el papel. Año tras año, todos me animan en la misma dirección, pero cada uno desde una perspectiva diferente. Una persona ve la posibilidad de sobrevivir a su ajetreada vida cotidiana. Otra, quiere mejorar sus habilidades gerenciales. Atletas, cantantes y bailarines quieren ser capaces de mantener sus altos niveles de rendimiento. El pintor ve posibilidades de dar más profundidad a su obra. El político, de ser menos vulnerable a los ataques. También me presionaron mis pacientes: los que aprendieron a controlar el resfriado, o las personas