Prólogo de Rens Looij, Director de la Fundación para la Investigación del Método Niek Brouw

A veces te sientes lleno de energía, otras veces agotado; momentos en los que estás cariñoso y otros en los que reaccionas de forma desequilibrada; hay días que sientes la plenitud y semanas en las que siempre te falta “algo”.

Si pudieras elegir, tendrías muy claro con qué emoción quedarte.

La buena noticia es que es posible. Puedes crecer y aprender a vivir en equilibrio, no sólo momentáneamente, sino permanecer en ese estado. Puedes llegar a dominar cómo hacerlo, sin pensar, casi de forma automática.

El médico y terapeuta holandés Niek Brouw ha investigado por qué tantas personas sufren desequilibrios emocionales. Según él, la inestabilidad se debe a algún vacío producido durante la etapa de desarrollo emocional. Al crecer, buscamos la manera de compensar la falta de seguridad emocional vivida en nuestra infancia o juventud.

Brouw distingue tres fases en el desarrollo de la persona. Durante los primeros seis años de vida, estamos ocupados sintiendo, y por tanto, construyendo una base emocional de certezas para el resto de nuestra vida. Es un tiempo para que el “espíritu” se nutra. En la siguiente fase (de los 6 a los 12 años) nos dedicamos básicamente a recopilar conocimientos y a aprender a funcionar según las reglas sociales. Según la terminología de Brouw, en este periodo la concentración está en el “cuerpo”. En los siguientes seis años, entre los 12 y los 18 años, llegaremos a crear una combinación única de sentimiento (espíritu) y conocimiento (cuerpo) mediante la espontaneidad hormonal (o alma).

Si logramos vivir las tres fases del desarrollo emocional sintiéndonos totalmente a salvo y seguros, lo más normal es que seamos personas equilibradas.

Pero lamentablemente, éste no es el caso para la mayoría de personas y en consecuencia, vivimos manteniendo una entrada y salida de emociones siempre bajo presión.

Para lidiar con este desequilibrio tenemos dos opciones. Una, proyectar nuestro descontento hacia fuera, que es lo que normalmente nos han hecho y seguimos haciendo. Es algo que puede hacernos sentir bien por un momento, pero si nos fijamos bien, realmente no ayuda.

La otra, es la que nos propone Niek Brouw en este libro. Pasar por la introyección y la mirada interior para preguntarse a uno mismo: ¿Dónde me pierdo? ¿Cuándo me desequilibrio? ¿Cuándo caigo enfermo? Nos invita a mirar hacia el vacío y buscar cómo completarlo. A crecer emocionalmente para poder volver a tomar las riendas de nuestra vida.

Para la Fundación para la Investigación del Método Niek Brouw (http://niekbrouw.nl/es/) es emocionante poder introducir este libro al público de habla hispánica. Lectores de la edición holandesa e inglesa, que pudieron experimentar con anterioridad el método Brouw, han comentado:

“El método Niek Brouw me permite ser más consciente de mi cuerpo, de mis limitaciones y de mis posibilidades” (Sandra).

“No podemos añadir días a nuestra vida, pero podemos añadir vida a nuestros días y esto es algo que consigo gracias al método de Niek Brouw” (Elly)